PINGUINOS 2.011


Esta ha sido la 30 edición de la concentración invernal más numerosa del mundo. En esta ocasión de tiempo benigno nos juntamos los miembros que aparecen en la foto. De izda a derecha y de arriba a abajo: Bueno, Luis, Gayo, Chester, Julio, yo, Soba, Andrea, Goyo, Zeppe y Franki. Un grupo bueno allá donde los haya.

Salimos el domingo de Asturias a las 10:00, tampoco era plan de pillar el gran madrugón, pues pinguinos está cerca y en tres horas se llega sin problema.

El sábado en Asturias amenazaba lluvia y hacía un viento desagradable que hizo que la primera parte del viaje fuera cansada. Alguno de nosotros tuvo un susto como Luis, que casi le saca el viento de la carretera, pero gracias a la buena fortuna, la cosa no fue a mayores.

Como empezaba a llover, paramos en la gasolinera abandonada de casa Ezequiel para ponernos el traje de agua y cuando estabamos a punto de continuar el viaje, la moto de Soba dijo que no. Había partido el cable del embrague.

Sin éxito se intentó reparar el cable, pero al final nos dimos por vencidos y llamamos a la grúa. En esta ocasión tuvimos suerte dentro de la desgracia porque habíamos parado delante de uno de los sitios con más fama a nivel gastronómico de la zona. Aprovechamos el momento y comimos.



Una vez que llenamos el estómago y la moto estuvo cargada en la grúa, el petate en mi moto y Valentín con Zeppe continuamos el viaje. Entre una cosa y otra se nos había hecho un poco tarde, ya que eran las 16:00, pero calculamos que llegaríamos a pinguinos antes de anochecer y así lo hicimos.

La entrada a pinguinos fue buena, apenas esperamos nada para conseguir la entrada. Esto se repetirá en toda la concentración. Las colas fueron insignificantes para la cantidad de gente que en pinguinos se junta. Esto quiere decir que la organización se puede tildar de buena.


Una vez instalados los chalés nos fuimos a dar una vuelta. La verdad que hacía tanto calor y habíamos llegado tan tarde que no nos molestamos en hacer hoguera. Directamente a ver los puestos, escuchar el concierto, beber cerveza, etc.

Aunque eramos muchos lo pasamos bien, en algún momento nos dividimos, pero estuvimos casi todo el tiempo juntinos.

Os dejo algunas fotos de la concentra:





La fiesta buena como siempre. Al día siguiente recogimos el campamento y en tres horas estábamos en casa sin más consecuencias.

En este pinguinos había mucha gente que era la primera vez que iba a esta mítica concentración, en general a todo el mundo quedó bastante contento. Mención especial a Bueno que se decidió ir a pinguinos en un scooter de 125 para seguir los pasos de su padrino, seguro que estarán orgullosos de ti y que esta experiencia no la vas a olvidar nunca.

V´ss a todos y encantado de poder haber rodado con todos vosotros una vez más.

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