JAVALISTREFFEN 2.011

Sergio Decoster escribió:

La llegada al campo de refugiados de anzánigo, cuya tapadera es un cámping rancio al estilo kosovar, fue especial. Lo primero que pensé es qué hacía tanta gente ahí para lo que es en sí esa concentración. Conclusión: son actores pagados por el cámping. La gente se dividía entre los lugareños tipo rústicos con bata boatiné y zapatillas (literal), y gente que venía de fuera bastante despistados los que eran su primera vez, mientras los veteranos ya estaban dentro del bar pidiendo "lo de siempre".



Me parece cuando menos curioso, que esta concentración lleve ya 22 ediciones, pero bueno, esto lo dejo para el final. Ahora toca el relato del fin de semana.

Por una vez y sin que sirva de precedente, escojimos la opción de ir sin prisas, por lo que el plan era salir el viernes después de trabajar, hacer noche en Vitoria y luego el sábado a media mañana tirar para Anzánigo. El plan salió muy bien, supongo que lo repetiremos más veces.

A Vitoria fuimos por una ruta mixta nacional-autopista, con tramos muy chulos como el de San Vicente de la Barquera. Llegamos a Vitoria a eso de las nueve de la noche.

En Vitoria nos esperaba la rama dura del Shadow Custom Club, lo tenían todo preparado, el hotel donde dormir, los garajes donde guardar las motos y el restaurante donde cenar. Como siempre que nos juntamos lo pasamos muy bien, nos hicimos muchas risas, realmente mereció la pena la parada.



A la mañana siguiente sin muchas prisas nos fuimos levantando. Habíamos quedado para salir a las 12:00, por lo que se hizo muy cómodo. Amaneció con niebla, pero al poco de salir de la ciudad se despejó quedando un dia totalmente primaveral.

La ruta que une Vitoria con Javalís es muy chula pasas a la vera de un par de pantanos con muchas curvitas y con paisajes guapos, guapos. Pero, antes de salir tuvimos que rellenar de aceite la moto de Chester que estaba bajo mínimos, comenzando el extraño caso del "viaje en el que las hondas dieron más problemas que las harleys"




Comimos en Puente de la Reina hasta reventar, para cojer el último tramo hasta llegar a Javalistreffen. Esta parte estaba algo peor, con alguna placa de hielo en el asfalto por lo que fuimos un poco más despacio. La verdad que esta carretera con frío tiene que estar muy mal, porque viendo que ni siquiera hacía frío y estaba congelada, ni me imagino como será en condiciones más extremas.


LLEGAMOS, ESTAMOS EN ANZÁNIGO

La primera impresión ya te decepciona un poco. El camping se ve cutre, cutre. Antes de ir, ya me parecía que era caro. Se pagan 32 euros, 18 de preinscripción más quince allí en la concentración. A cambio te dan la cena del sábado y el desayuno del domingo. El tema es que si estás en un camping de puta madre y te dan una cena de lujo, pues te puede resultar proporcionado, pero..... no es el caso.


Llegamos, pagamos los quince euros de rigor, nos dan una gorra, un pin y la tarjeta acreditativa. Eramos bastantes, por lo que necesitabamos un sitio grande para colocar las tiendas y las burrinas. El sitio no existía, el camping estaba a tope. Casi no había ni para poner una tienda cuando más cinco, nos metimos en una zona ya embarrada que no tenía salida y nada. Al final preguntando, nos dejaron ponernos al lado del río en el campo de futbol. Para la ocasión vino muy bien, pero si se valora como campo de futbol como que no, yo lo dejaría más bien en un patatal.

En fin, una vez montadas las tiendas, nos fuimos a tomar algo y a charlar de todo un poco con los amigos del viaje. Tomando cacahuetes y bebiendo cerveza la noche se nos hechó encima.

Fuimos a cenar la comida de rancho que nos dieron, que no sabía mal, todo hay que decirlo, pero uno quizás se esperaba otra cosa.


Después de la cena un test con 10 preguntas de respuesta imposible y más tarde sorteo de premios. Tuve suerte, me tocó un casco jet, que es una lástima que sea de la talla XL


Después unas copitas de tranki. A las dos de la mañana cuando estaban dando la recena nos fuimos a la tienda a dormir. La recena para los curiosos era un sandwich de jamon york y queso.....


Dios que frio pasé. Mira que me llevo un saco de -20º, pues ni con esas. Pasé mucho frío por la noche. Recuerdo que Sergio a la mañana siguiente me preguntó que porqué nos gustan las invernales, solo acerté a decir "no se..."




Poco a poco nos fuimos levantando y comenzaron los problemas para arrancar nuestras queridas hondas. Cierto que tenía truco, pero sirvió para el cachondeo general de los harlistas. Primero falló la de Araña, que el ya sabía que pasaría porque tenía una batería de emergencia para arrancarla. Luego la Goyo, que lleva una batería que no es de la panam y siempre se está descargando, para finalizar la de Chester que tras mil y un intentos justo cuando ya estaba al lado el harlote de Valen, en un acto de orgullo arrancó.


Se me olvidaba que la Yamaha de Prada también quiso su parte de protagonismo al caerse al suelo debido a que la tablilla que tenía bajo la pata de cabra decidió romperse. Cayó encima de la sporter que ni se enteró, la Diversion quedó con la cúpula rajada.

Entre anécdota y anécdota nos fuimos preparando y a eso de las 11 nos salimos para Oviedo. El viaje de vuelta por el mismo camino que la ida con los mismos paisajes, la misma temperatura y la misma carretera.

En conclusión decir que la concentración mal, para no repetir. Lo que la salva es la gente y el buen ambiente que se respira. Los amigos como siempre de diez.

V´sssssssssss

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