EL VERDADERO MOTERO

Es complicado a priori definir quien es un motero y quien no. Este es un tema muy nombrado en toda discusión y siempre parece que la verdad absoluta es que moteros somos todos, que no importa la moto que lleves y que puede ser más motero el paisanín del pueblo que todos los días va en moto, que cualquiera de nosotros. Bien, pero yo voy a dejar mi opinión en este artículo.
Lo primero voy a hacer referencia a un escrito del Pais, que define con una proximidad bastante real, lo que yo pienso que debe ser un motero:


Ser paisaje:

Cuando llueve, nos mojamos. Cuando hace frío, tiritamos. Cuando hace calor, nos asamos. Cuando hace viento, acabamos reventados de tanto compensar. De noche, vemos mal. Cuando una carretera atraviesa un naranjal o serpentea entre mimosas, nos perfumamos. Cuando pasa por las proximidades de una industria química, apestamos. Si el camino es polvoriento, comemos polvo. Si es pedregoso, mucho ojo, porque antes o después te va a tocar la china. Oímos muy poco, sólo el aire zumbándonos en los tímpanos. El motor es solo una vibración - adorable vibración - entre los muslos. Los insectos se estrellan contra nuestras viseras, guantes y chaquetas: ay del imprudente que deje alguna parte de piel al viento, porque ahí es donde más le darán......No es que los motoristas nos identifiquemos con el paisaje, sino que somos paisaje. El paisaje se moja, se hiela y se reseca. Nosotros también. De noche no se ve. Nosotros tampoco..... Ocurre que a menudo nos sentimos Peter Pan, nos resistimos a enterrar esa adolescencia, como gato panza arriba. Por eso somos profundamente envidiados. "Cuando vas conduciendo, el tiempo entre la decisión y el efecto de esa decisión - y ambos dependen de tu cuerpo - es el más breve posible. Tú decides algo y sucede, y en ese momento estás muy cerca de la libertad existencial"


En el artículo dice que somos paisaje, pero yo voy por otro lado, nos mojamos, pasamos calor, olemos el paisaje, etc. etc.


Entonces que quiero decir, pues básicamente un motero para mi, ha de ser una persona que su vida, su pasión, lo que le hace sentirse feliz, son las motos. Muchas cosas más te pueden hacer sentirte bien, pero las motos para los moteros son la esencia, el sumun.


A un buen motero, le gustan todas las motos, puede que tenga un tipo de montura, ya que el dinero coharta mucho, pero da igual, si es que hasta los scutter tienen su punto. Rueda sin importar el tiempo, ni los kilómetros, ni el destino, rueda por el simple hecho de andar en moto, que es lo que le apasiona.


En el mundo de la moto hay muchos estilos, los RR, los custom, los turismo, etc.. pero todos los verdaderos moteros se ayudan ante las adversidades, devuelven el saludo en carretera, por que su pasión son las motos y eso no se puede remediar.


Existe mucha gente, sobretodo ultimamente, que no son moteros ni por asomo, esta gente se compra tal o cual moto, se disfraza y se va a la concentra de la esquina y dice que es motero, no lo entiendo. Libres somos todos, pero no entiendo esa manía de aparentar lo que no se es.


En el mundo custom, que es donde yo me muevo ultimamente, esto se repite con demasiada frecuencia, es un ambiente al que la gente externa entra con suma facilidad, son motos muy bonitas, con un halo de leyenda motera, (la publicidad harley y el cine ayundan mucho). Te compras una harley o cualquier custom, da igual, te disfrazas, en la primera concentra te llenas el chaleco con los parches que venden en la tienda, te colocas una badana y zas, por arte de magia eres el más motero del mundo mundial.


Que va, ser motero es mucho más que llevar el disfraz y que en el bar de la esquina la gente te mire con curiosidad/admiración. Ser motero en mi opinión, es otra cosa. Ser motero es rodar cuando llueve, plantearse el turismo siempre en moto, trabajar para andar en moto, y como he dicho al principio que tu vida sea la moto.

Adjunto a lo dicho, un artículo más que me ha gustado y suscribo en sus palabras. Está sacado de la red.

La moto es uno de los medios de transporte a motor más antiguos que existen desde que se inventó el motor de combustión interna, tal como lo conocemos hoy en día. Y no se necesitó de mucha tecnología para que las bicicletas del siglo XIX pasaran a tener motores que evitaran “pedalear”... Pero con el transcurso del tiempo, su rol cambió. Desde comienzos del siglo XX, la moto comenzó a convertirse en una forma alternativa de disfrutar la vida. Los primeros “viajeros” no contaron con la comodidad de las motos de hoy, pero todos, desde el comienzo, salieron a la ruta con el único fin de “oler el viento”. Quienes nunca tuvieron una moto suelen mirarnos a los motociclistas como quien mira a un “demente”. Las preguntas sobre lo “peligroso que es andar en moto y porqué lo hacemos” son moneda frecuente. Pero como todo en la vida, eso tiene otra visión: para todo motociclista, la moto es una pasión… y esa pasión se refleja en todo… hasta en una mesa de café. Por lo general, un motociclista es una persona extremadamente “apasionada” a la hora de hablar de su moto. Si no has tenido nunca una, te recomiendo no te sientes en una mesa rodeada de motociclistas porque tu tranquilidad mental correrá serio peligro al escuchar largas conversaciones sobre motores, suspensiones, viajes, rutas y otras cosas similares, que solo pueden ser interrumpidas por quien posea un motor más potente o haya hecho un viaje más largo. Seamos realistas, cuando nos juntamos a “hablar de motos”, somos insoportables para los demás mortales. Pero lamentablemente para todos, cada día somos más difíciles de identificar en forma preventiva, y ello hace que la “profilaxis anti-monólogos”, sea difícil hoy en día. Antes, la cosa era más fácil. Pelo y barba largos, campera de cuero, un jean muy roto y lleno de grasa… ¡y ya está!, cualquiera podía identificar perfectamente a un motociclista y evitar su tediosa charla sobre “la importancia del cable del acelerador”. Pero ahora la cosa ha cambiado mucho... Hoy en día, un motociclista se encuentra bajo un camouflage que, en muchos casos, lo hace difícil de identificar. Y una vez en la mesa, deberás escuchar largos relatos sobre un viaje “por la ruta cuarenta” mientras te preguntas “¿dónde queda esa ruta?”. ¿Y porqué ocurre esto? Sencillamente, porque el Motociclista de la actualidad no responde a ese patrón físico que nos llegó de la mano de Hollywood. El “Motero”, Motoquero, o como te guste llamarnos, es una persona (hombre o mujer) que ha elegido a la moto como un medio de vida. Sí, leíste bien, dice “medio de vida” y no “de transporte”. El motociclista actual, en la semana, es un profesional, empresario, estudiante o un empleado común y corriente, que los fines de semana disfruta de algo que ningún automovilista disfrutó nunca: El viento en la cara. Las motos han cambiado. Ya no son las “regadoras de aceite” de fines de la Segunda Guerra Mundial. Una moto actual es una pieza de muy alta tecnología diseñada específicamente para entregar el 100% de satisfacción a su propietario. Y esos “propietarios” las adoran mucho más que… este... bueno… Seamos francos, las adoramos “demasiado” en algunos casos. Hay una vieja frase que dice que los únicos que comprenden a los motociclistas son los perros que alguna vez han sacado la cabeza por la ventanilla del auto. ¿Nunca los viste?, ¿viste la cara de felicidad de un perro cuando hace eso? Pues tiene la cara al viento como un motociclista… y eso no se le puede contar a alguien, solo puede ser vivido para comprenderlo. Pero volviendo al tema de “Cómo protegerse de un motociclista en la mesa”, te cuento que debido a que el “motero” actual es médico, ingeniero o de la profesión que se te ocurra (debo confesarlo: hay abogados también), esa persona, en la semana, se disfraza de “normal” para cumplir su trabajo. Pero por debajo de la piel de esa “persona normal”, una enfermedad incontrolable se mantiene latente. Una especie de fiebre comienza a apoderarse de él el día jueves… Y cuando llega el viernes comienza a despojarse de sus tareas habituales y a pensar solamente “en eso”… Si piensas que “la moto” es una adicción o una enfermedad… Bueno, nadie dijo que no lo fuera… Pero, seguramente, es incurable. Y llega el sábado… y con él, la oportunidad para salir a “pasear un rato”. ¡Y cualquier excusa es buena! Desde la muy utilizada “encontré una parrillita nueva en el kilómetro 94 y medio de la ruta 3580”, hasta la de “el sábado es para salir con los amigos, el domingo para la familia”. Pero ambas son mentira. Son crueles mentiras inventadas por nosotros, los motociclistas, para poder estar “con ella”. Para poder salir a la ruta con nuestros cascos bajo el sol, disfrutando en pareja con ella… mmm… ¡atención esposas! He visto motociclistas que han viajado medio planeta para poder recorrer la Ruta Nacional 40 de Argentina. Motociclistas que han salido desde Buenos Aires y han ido “a dar una vuelta” hasta Canadá… o los que se van “hasta Ushuaia” o a Machu Picchu. Y no son pocos. Son muchos más de los que puedes imaginar, porque la moto te invita a viajar, a conocer nuevos lugares… a sentirte libre. Te asombraría saber que en Argentina tal vez la vertiente de turismo interior más fuerte sea el moto-turismo. Todos los fines de semana, cerca de un cuarto de millón de “moteros” viajan a algún lado “a pasear un poco”. Y en el verano, los viajes se multiplican. Pero siempre, el motivo es el mismo: salir a disfrutar de la ruta y el paisaje con el viento en la cara. Incluso te asombraría saber cuan distinto se ve nuestro hermoso país desde una moto, si lo comparamos con un auto. Pero eso puede ser tema para otro día… Hoy el tema es contarte porqué no es lo mismo “la moto” que un buen auto o una 4x4… Que conozcas un poco a estos “locos” que viajamos disfrutando del sol y aceptando la lluvia, sólo por el placer de estar en la ruta… De viajar sobre nuestra moto oliendo el viento. Y la próxima vez que vayas en tu auto y cruces a un solitario viajero o a un grupo de ellos… no los mires como a locos. No pienses que son “peligrosos vagabundos sin trabajo” que han salido a hacer de las suyas… Recuerda a tu perro (o alguno que hayas visto) cuando saca la cabeza por la ventanilla. Recuerda que seguramente habrás comentado para ti mismo “qué cara de felicidad la de ese perro” o le habrás dicho a quien estaba contigo “¡mirá el perro, qué feliz que es sacando la cabeza!”… Y comprenderás porqué amamos a nuestras motos. Porque son lo que nos permite ser felices disfrutando de la ruta. No importa cual. Lo importante es la ruta y la libertad, porque son el medio para lograr la felicidad…Y no importa el sexo ni la condición social. El viento nos da en la cara a todos por igual (como a los perros). Pero te recomiendo que evites las mesas de café. Pues, aparte de incurable, es muy contagioso.

Y por último pongo la definición que la RAE da de motero: "apasionado de la moto"

Jorge Lizama Prado (Tiri)

Comentarios

  1. Genial tron!
    Acabo de poner un enlace desde mi página a la tuya....
    Nos vemos!!!
    Nadya

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  2. Somos perr@s felices (por lo menos yo), jejeje

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  3. Me identifique con el personaje ese ke compra una moto,se llena de parches y pins y ya es motero, tarde en darme cuenta de eso,el tiempo me hizo ver la frikileria ke suele haber en este sentido,ahora solo llevo un par de parches,y si me pongo alguno pues que sea como dices tiri,que signifike algo para mi de alguna vivencia.
    Vsssss

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  4. Hola amigo! excelente post, estaba buscando información para escribir una entrada en mi blog, sobre que es o no es ser motero, quería saber experiencias y pensamientos de los demás y creo que has dado en el centro!

    Llevo muy poco en el mundo de la moto, año y medio, pero ya me he recorrido 34000 Km. de carretera, estado en Francia, Andorra, en la concentra de Javalambre y bueno media España.

    Pertenecía a un moto club, que por ser novato me miraban por encima del hombro y en la ultima reunión en cuenca fui en mi moto lloviendo y los "veteranos" fueron en coche. Y aun así me miraban por encima del hombro...así que decidí ser un motero solitario. A mi royo con mi chica, mi moto y la carretera.

    Saludos y excelente blog tienes un seguidor más!

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  5. Hola, el artículo reproducido se llama originalmente "De perros, motos y café" y fue escrito por el motociclista (y periodista) argentino Horacio Portela, y forma parte de una serie de artículos encuadrados en la columna "Easy Writer" escritos para "Todo por Dos Ruedas" (www.tx2r.com) y para la revista "Helmet Magazine". Fue también publicado por psicofxp.com en 2007.

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  6. Pues es muy buen articulo compañero!! horacio un duda, no sera tu el famosos horacio que se fue en venox a elefantes??

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  7. Horacio, gracias por citar la fuente, no sabía quien lo había escrito. Un honor que entres en este blog, ya con tiempo veré tus escritos y demás

    V´ss

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  8. JuanVI Raga: Te cuento que no soy "ese Horacio", yo vivo en Argentina, pero conozco al Horacio que tu dices pues hemos publicado su relato en Tx2R y lo entrevistamos luego del viaje, se que vive ahora en un pueblo pequeño de España y he perdido contacto con él, el último mail que tuve es de hace como un año. Si quieres envíame un mail y te busco su dirección de correo.

    Jorge: Te agradezco que pusieras la cita de la fuente, luego te paso el enlace a una sección especial de Tx2R que estamos preparando, donde publicaremos todas las notas de "Easy Writer" completas tal como se están publcando en la revista Helmet Magazine, o sea los textos y la imagen del artículo "en papel".

    Vss ... o como decimos acá en Arg... BUENAS RUTAS!!

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  9. Simplemente genial.

    Con tu permiso voy a compartir tus pensamientos con mis amigos.

    Un abrazo desde España!!!

    Floren García

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  10. Faltaría más. Me alegro que te haya gustado!

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  11. Ah, por cierto, también estuve en Arguis 2008(pasé las de Caín para salir de la zona de Acampada con la Ninja cargada hasta la boca, como tu bien dices). Estoy seguro que compartiriamos algún trago alrededor de la hoguera. Yo estaba con un grupo de Vascos y Maños.

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  12. Hola, hoy cuando me has dado tu opinion sobre my shadow en el SCC me he dado cuenta que la imagen de debajo era este blog, me ha encantado el articulo, vamos este y otros que he leido felicidades por este blog te seguire leyendo y haber si coincidimos en algun sitio
    Vsss

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  13. Me ha encantado leer esta historia y entiendo perfectamente de lo que hablas. Mi marido tiene una Yamaha y desde que nacio nuestro bebe no hemos podido hacer esas rutas y la verdad que lo echo mucho de menos y como no, el muchisimo mas que yo porque el practicamente es motero desde que nacio lo lleva en los genes y creo que nuestro bebe ira por el mismo camino que su padre, a veces a mi marido lo veo tran triste por no poder hacer esas ruta aunque hay muchas veces que le digo que lo haga que no se preocupe por mi, porque se lo que significa para el. Y quiero que siga difrutandolo y no deje hacerlo. Pero se para a pensar en su hijo y eso le frena y la verdad no se ya como animarlo,a que siga haciendolo porque se que su moto es su vida aparte de la vida en familia. Y daria todo lo que fuera porque volviera hacerlo el sentir el aire en su cara y pòder seguir descubriendo esos paisajes que estan escondidos. y deseando tambien que nuestro bebe crezca para que pueda difrutarlo con nosotros porque yo tambien me incluyo. Y quiero que ante todo siga siendo feliz con su vida en moto. TE QUIERO JUANMA!!

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  14. HOLA, NO SOY MOTERO NI MOTORISTA, AUN, PERO PIENSO LO MISMO QUE TU, YO SIENTO ESO MISMO DESDE QUE ERA UN CRIO, LA LLEVO DENTRO, A MI ME DA IGUAL PASAR FRIO, CALOR, MOJARME... LO QUE SEA, ME ENCANTAN LAS MOTOS, CUSTOM, CHOPPER, BOBBER... Y ME REPATEAN LOS QUE VAN DE MOTEROS Y COMO DICES VAN DE CONCENTRACION PERO SOLO SI HACE BUENO, VAMOS EN VERANO SOLO LA USAN, AL QUE LE PONEN LE PONE TODO EL AÑO. UN CORDIAL SALUDO A TODOS LOS QUE LLEVAN GASOLINA EN LA SANGRE Y LA BURRA EN LA MENTE

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  15. Algo que no puede explicarse con palabras, qué suerte tengo de llevar las motos en la sangre..!! Un saludo

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  16. Realmente la conexión que se logra tener con las motos es algo completamente inexplicable, yo las he usado tanto para salir a viajar y su vez es mi compañera de todos los días en resumen es lo mejor que te puede pasar para los que han experimentado su potencia.

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