SUBIDA AL NARANCO
Hoy era uno de esos días en los que uno tiene que sacar la moto sí o sí. Ya cuando tenía 15 años me pasaba. Los domingos de aburrimiento viendo las carreras en la tele, sentía la necesidad de cojer el vespino y perderme por algún sitio. Tenía rincones en los que me gustaba estar y con los que aprovechaba la soledad del momento para pensar y poner en orden las ideas.
Hoy por hoy, a veces subo a lo alto del Naranco no solo por el hecho de rodar sino para aclarar ideas. Andar en moto lejos de alterarme, me relaja y lo de darle vueltas al coco es algo inherente a mi.
La subida es sencilla, corta, cuenta con matices y cultura que todo visitante de la capital asturiana debería conocer. En el devío hacia Ules tomas las cuestas que te llevan a los monumentos prerrománicos.
El primero que se ve es Sta. María del Naranco (842 dC declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985), después a escasos 100 metros San Miguel de Lillo (del mismo año y también declarada Patrimonio de la Humanidad).
Se dejan atrás los monumentos y se sigue ascendiendo para sobrepasar por el lateral izquierdo el restaurante buenos aires con ese olor característico a parrilla. En el ámbito motero te recuerda a una de esas concentras invernales que tanto nos gustan, en el ámbito normal te recuerda simplemente a costillas, chuletas, chorizo, etc etc. (recomendable este sitio para comer o cenar)
Poco queda ya para coronar el alto de 2ª categoría que se diría en el ámbito ciclista, no en vano la subida al Naranco fue punto de finalización y cronoescalada durante años en la vuelta a España.
Arriba, se ve toda la ciudad y te saluda el sagrado corazón de Jesús con sus brazos abiertos como si te estuviera esperando. Esta imitación del cristo de corcovado, cuenta con 30 metros de altura y lleva ahí desde 1980.
Ese pequeño paseo, me encantó. Bueno, lo de tragarme los numerosos mosquitos no mucho, jejeje. Acabé bajando por Ules, alargando una migaja el paseo.
V´ssss
La subida es sencilla, corta, cuenta con matices y cultura que todo visitante de la capital asturiana debería conocer. En el devío hacia Ules tomas las cuestas que te llevan a los monumentos prerrománicos.
El primero que se ve es Sta. María del Naranco (842 dC declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985), después a escasos 100 metros San Miguel de Lillo (del mismo año y también declarada Patrimonio de la Humanidad).
Se dejan atrás los monumentos y se sigue ascendiendo para sobrepasar por el lateral izquierdo el restaurante buenos aires con ese olor característico a parrilla. En el ámbito motero te recuerda a una de esas concentras invernales que tanto nos gustan, en el ámbito normal te recuerda simplemente a costillas, chuletas, chorizo, etc etc. (recomendable este sitio para comer o cenar)
Poco queda ya para coronar el alto de 2ª categoría que se diría en el ámbito ciclista, no en vano la subida al Naranco fue punto de finalización y cronoescalada durante años en la vuelta a España.
Arriba, se ve toda la ciudad y te saluda el sagrado corazón de Jesús con sus brazos abiertos como si te estuviera esperando. Esta imitación del cristo de corcovado, cuenta con 30 metros de altura y lleva ahí desde 1980.
Ese pequeño paseo, me encantó. Bueno, lo de tragarme los numerosos mosquitos no mucho, jejeje. Acabé bajando por Ules, alargando una migaja el paseo.
V´ssss
Bonita crónica compañero y mejor máquina, una preciosidad...
ResponderEliminarUn abrazo y millas.