RUMANIA EN MOTO (Parte 4). COMO REPARAR UN PINCHAZO EN UNA GOLDWING 1800

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El día de hoy discurrió reparando el pinchazo de la goldwing 1800. Por más que miramos, no conseguíamos saber de donde venía la pérdida de aire. Lo normal es ver algún clavo introducido en el neumático, pero en este caso no había nada.

Fuimos penando de gasolinera en gasolinera, metiendo presión al neumático, hasta que llegamos a las afueras de Budapest. 

Al estar en las cercanías de una gran ciudad, era evidente que tenía que haber talleres de motos. Vía GPS nos dirigimos a uno de tamaño considerable, concesionario oficial de Yamaha y Suzuki, pero no quisieron reparar la rueda. Alegaban que una mecha no se podía colocar debido a la peligrosidad de la reparación y que carecían de neumático nuevo....

En fin, tampoco era para perder el tiempo y buscamos otro mucho más familiar. Era un taller todo de madera muy al estilo old west, en el que nos recibieron con los brazos abiertos, tres diosas húngaras...

En serio, cuando llegamos, estaban cambiando neumáticos a un coche y tuvimos que esperar un rato. Aprovechamos para ir a comer, para hacer algo de tiempo. 

Aún así todavía se retrasó más la reparación y eso ayudó a que entablásemos conversación con las chichas. La verdad sea dicha que en general eran bastante atractivas y sobretodo muy agradables. 

Nos invitaron a café, refrescos etc. Una pasada.


Si has llegado a este post, para saber como se cambia la rueda trasera a una goldwing, es tu momento.

La forma más sencilla, sino tenemos elevador, es tirar la moto al suelo,. Se apoya en las defensas laterales derechas con cuidado y se deja accesible para sacar los tornillos que sujetan la rueda. En nuestro caso, parece que los había apretado el mismísimo Hulk, pero con paciencia y una palanca, fueron soltando.

De esta manera tienes la rueda quitada y ya sólo queda reparar el pinchazo. En nuestro caso, la avería venía provocada de que la válvula había rajado, ya que no era de muy buena calidad. Se le puso válvula nueva y pinchazo solucionado.

Poner la rueda ya no tiene misterio, se hace a la inversa.


Antes de marchar, dimos una vuelta con las chicas en la moto. Nos invitaron a pasar la noche a Buda, pero aunque era objetivo del viaje, tuvimos que rechazar la invitación, ya que Rumanía nos esperaba.

Ellas no decían Budapest, sólo Buda. Investigando a posteriori aprendí que son como dos ciudades independientes. Su Puente de las Cadenas del siglo XIX conecta el distrito montañoso de Buda con la plana Pest. 

Agradecidos por el trato, continuamos el viaje hasta llegar justo a la frontera Rumana. La pasamos sin ningún tipo de inconveniente y elegimos el primer hotel que encontramos.

Era ya tarde, sobre las 11 de la noche, probablemente. Aun así nos dieron de cenar en un restaurante local. Esta zona, al ser paso fronterizo, está muy viva y hay todo tipo de servicio.

Como siempre, os dejo la crónica en vídeo también.


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